sábado, 22 de diciembre de 2012

Anécdotas



Sobre... David Bronstein





En una ocasión, Bronstein tardó 40 minutos en mover su primer pieza! y luego ganó la partida, ¡un fenómeno! Cuando le preguntaron por qué, respondió mirando fijamente al tablero: "Estaba pensando donde había puesto las llaves  mi casa". 



Sobre... Carlos Torre




Se  que un extranjero llegó a  a un club de ajedrez, preguntando quien era el mejor jugador. Le dijeron que era un viejito que en ese momento se encontraba jugando (era el mismísimo Carlos Torre) 

Jugaron una partida y Torre se dejó perder y le dijo a su adversario "creo que perdí porque mi dama me estorbó toda la partida. Te la doy de ventaja" y así jugaron y Torre le ganó todas las partidas siguientes y su adversario se fue convencido de que era mejor jugar sin dama.




Sobre... Antonio Medina




En la XVI olimpiada de ajedrez, durante el match URSS-España, Mihail Botvinnik, que estaba jugando su partida contra Antonio Medina, se dirigió a Kotov, capitán del equipo soviético: 

-Mi rival no me deja concentrarme. Se pone a silvar. 

Kotov de inmediato le hizo una advertencia al capitán del equipo español. Éste agitó la cabeza, abatido: 

-¡Mal van las cosas! 

-¿Por qué? 

-Medina se pone a silbar cuando su posición es catrastrófica. 

En efecto, poco después Botvinnik ganó la partida.
 



Sobre... Julio Granda





Un anécdota del Gran Maestro Julio Granda (orgullo del Perú): 

Un día se puso a jugar a ciegas contra un GM ruso muy amigo suyo. Luego de 25 jugadas las negras abandonan. Granda, que jugaba con blancas, le pregunta a su amigo el por qué de su decisión, si la posición de las negras era sostenible. El GM ruso le muestra una serie de combinaciones que había calculado. Granda, sin chistar, las refuta... a ciegas!!! una por una. 

Meses después, Granda se enfrenta a su amigo ruso con el cual, luego de 25 movimientos, llega a la misma posición, pero con la diferencia que esta vez él tenía las piezas negras. 

Su amigo, el GM ruso, le ofrece tablas. Granda rehusa el ofrecimiento, y luego de una serie de movimientos forzados, derrota a su amigo ruso. Sorprendido, el gran maestro ruso le pregunta a Granda ¿Esa variante no la vimos en la partida a ciegas, verdad? y Granda le contesta ¿no la vimos? ... ¡No la viste! 

GRANDE GRANDA!!!



Sobre... Wilhelm Steinitz





El campeón del mundo Steinitz jugaba en un café apostando con otras personas. Un jugador mediocre de ajedrez iba todos los días a retarlo, aunque siempre perdía. Esto representaba un ingreso fijo para Steinitz. Un día, un amigo del campeón le dijo que dejara ganar a su "cliente" de vez en cuando para que no se desanimara y continuara retándolo y pagándole. Steinitz siguió el consejo: comenzó con una mala apertura, sacó a la dama prematuamente y después de unas jugadas su adversario le capturó la dama por lo que Steinitz abandonó. Su adversario exclamó "¡Por fin he conseguido mi objetivo, he derrotado al gran Steinitz!". Después de eso nunca volvió a retarlo.



Sobre... Morphy y Staunton


 



Morphy y Staunton estaban en una partida muy complicada cuya secuencia favorecía a Staunton. Morphy pensaba y pensaba, hasta que de manera inconsciente, Morphy dice: "me falta un tiempo", en alusión claro está, a la falta de una jugada para salvar la situación, entonces, Staunton no pierde la oportunidad y lanza una burla para que todos los presentes lo escuchen, agarra la campanilla, la hace sonar y llamando al conserje dice: "por favor, por favor, me hace el favor de buscar un tiempo, que se le ha extraviado al sr. Morphy". Genial



Sobre... Mihail Tahl





Una del gran Mihail Tahl. En unas olimpiadas estaba el equipo peruano pimponeando (blitz) hasta que llego Tahl cargado de cosas a la villa olímpica y viendo que el equipo peruano estaba jugando el ajedrez relámpago les dijo "ahora regreso, voy a dejar estas cosas y vuelvo para jugar". Apenas se fue Tahl el equipo peruano desapareció, cuando regresó Tahl a jugar, no encontró a nadie, pues es bien sabido la fama del gran Tahl en el blitz. 


Un gran maestro se dirigió un día a Tahl y le dijo: 

"Micha, hoy salgo en la televisión, ¿Qué debo decirle a los teleespectadores?" 

"que escuchen la radio, ¡mañana soy yo quien sale!" -respondió Tahl



Sobre... Bobby Fischer





En unas simultáneas, Fischer ganó la dama a su rival, y éste volvió a ponerla en el tablero al irse el americano. Continuó el juego normalmente y el hombre se vanagloriaba ante los espectadores de que el genio no se había dado cuenta. Siete jugadas más tarde, Fischer volvió a ganarle la dama, y esta vez se la metió en el bolsillo y se la llevó, sin mediar palabra.



Sobre... Tigran Petrosian





En una importante competición, Petrosian tomó la dama para ejecutar una jugada. Al instante se dio cuenta que al mover la dama quedaba totalmente perdido, así que metió la dama en su taza de café como si se tratase de un error mecánico y luego pidió disculpas a su rival.



Sobre... Aaron Nimzowitch





Jugando Nimzowitch con Maroczy, éste último sacó un cigarrillo y lo dejó sobre la mesa. Nimzowitch protestó al árbitro, Vidmar, y éste le contestó que Maroczy no estaba fumando, pero Nimzowitch agregó: "Usted es maestro y sabe que la amenaza es más fuerte que la ejecución".



Sobre... Emanuel Lasker





Cuentan del Campeón Lasker, que viajando por Alemania, recaló en un bar donde había varios parroquianos jugando al ajedrez. Tras jugar varias partidas con un aficionado y vencerle en todas ellas sin inconvenientes, éste le dijo: "Amigo, Ud. debe ser un gran jugador de ajedrez. ¡Fíjese que a mí me dicen el Lasker del pueblo!"


Lasker, antes de ser campeón del mundo durante 20 años, era muy pobre... tan pobre que se veía obligado a compartir unos pantalones con su hermano mayor, de manera que ambos no podían salir simultáneamente a la calle... Verídico.



Sobre... el maestro inglés Wade


Una historia real le ocurrió al inglés Wade (famoso maestro), que fue invitado a dar unas simultáneas a 20 escolares de 10 años de Moscú. El resultado fue de 9 tablas y 11 derrotas. ¡No ganó ni una! ¿Cómo serían los "angelitos" de 10 años?


Sobre... Adolf Anderssen





Con ocasión del Torneo de Londres de 1862, se jugaron varias partidas de exhibición que hicieron las delicias de los espectadores. Una de ellas fue en consulta entre Anderssen, Dubois y Paulsen, que llevaban piezas blancas, contra Lowenthal, Boden y Kennedy. Antes de empezar, Anderssen se dirigió a sus dos compañeros en consulta y les dijo: "Hemos de distribuirnos el trabajo, así que Paulsen hará las jugadas precisas; Dubois hará las brillantes, y yo haré las malas."



Sobre... Alexander Alekhine





Alekhine estaba un día en un café y observaba cómo jugaban unos aficionados. Uno de los jugadores le propuso jugar contra él. El campeón mundial aceptó, pero a condición de tener un hándicap de una torre. 

"¿Qué dice usted? ¡No me conoce!", exclamó el adversario, asombrado. 

"¡Por eso mismo!", respondió Alekhine con sangre fría



Sobre... José-Raúl Capablanca

El legendario jugador, apodado "la máquina de jugar ajedrez", aprendió las reglas de este complejo deporte a los cuatro años. Según varias fuentes, desde temprana edad observaba las partidas de su padre –un oficial del ejército español- con algunos amigos. En una ocasión dejó atónitos a todos al demostrar a su progenitor que había hecho trampas: movió el caballo hacia una posición no lícita y el niño no tardó tiempo en advertirlo.

Se convirtió en campeón nacional con 13 años. El hasta entonces monarca doméstico, Juan Corzo, fue su víctima en aquella oportunidad. Solo perdió tres partidas en esa justa.

Pudo cambiar los tableros por los bates y guantes de béisbol. Durante su estancia en Nueva York, después de matricular en la Universidad de Columbia, disfrutó mucho jugando al deporte de las bolas y los strikes. Ocupaba la primera base y se colocaba a la zurda en el cajón de bateo. En uno de los partidos, un scout que trabajaba para los Yankees conversó con él para que valorara la posibilidad de firmar con esa organización de la MLB. Pese a ello, su amor por el ajedrez siempre fue más grande y desestimó la propuesta. Luego dejaría también la facultad para dedicarse por completo a su gran pasión.

En una oportunidad se encontraba disputando una partida rápida frente al letón Aron Nimzowitsch, a quien un joven Capablanca espetó: “los jugadores sin trayectoria deberían mantener la boca cerrada en presencia de sus superiores”. El europeo, lógicamente, se ofendió y aceptó el reto del antillano, quien lo invitó a medirse en una serie de encuentros. En todos resultó vencedor.

Su primer título de campeón mundial lo logró después de que su rival renunciase por motivos de salud. Esto no resta mérito alguno al cubano, veamos cómo fue que ocurrió todo.

Sería un match a 24 partidas que comenzaría el 15 de marzo de 1921 en La Habana frente al alemán Emmanuel Lasker. Cuatro tablas fue el saldo inicial. Capablanca ganó la quinta. Otras cuatro tablas vinieron después. El cubano venció en la décima y la oncena. Dos empates más. El triunfo en la decimocuarta fue también para el capitalino. Después de aquel último choque, el germano presentó problemas de salud. Al menos, eso dijo. “Usted ha ganado el título no por la formalidad de un desafío, sino por su brillante maestría”, le comentó a su rival.

Perdió su corona mundial en 1927 en Buenos Aires frente al ruso nacionalizado francés, Alexander Alekhine, uno de los mejores ajedrecistas de la época. El cubano nunca había perdido ante su rival (5 triunfos y 7 tablas) y lo subestimó. Se preparó poco para los enfrentamientos y lo pagó caro. Su contrincante hizo todo lo contrario y se enfocó en lo que vendría.

Ganaría quien primero llegase a seis victorias. Se extendió a 34 partidas, disputadas entre septiembre y noviembre. Capablanca venció en tres. Después estaría varios años proponiéndole la revancha a su rival, algo que le negó continuamente el europeo.

Para que tuviera lugar un nuevo match entre ambos se habían pactado cierta condición: José Raúl tendría que reunir 10 mil dólares. No pudo. Alekhine, incluso, decidiría no jugar en los mismos certámenes que su oponente.

Mira estas increíbles estadísticas: Perdió menos de cincuenta partidas (solo fue derrotado en el 6% de las que disputó). Durante ocho años consecutivos permaneció imbatible (1916-1924).



Anatoly Karpov y Viktor Korchnoi






"En 1978 se jugó el XXVIII Campeonato del mundo entre Karpov y Korchnoi. Después de una lucha en la que se cuenta que se tuvo que poner un tablón separador debajo de la mesa porque Korchnoi y Karpov se daban patadas, que Korchnoi se quejaba de que a Karpov le pasaban mensajes "codificados" en los yogures que comía durante la partida, y otras historias parecidas, Karpov ganó." 

"El match de 1978 entre Karpov y Korchnoi disputado en Baguio (Filipinas) estuvo plagado de incidentes que formaban parte de la guerra psicológica que ambos bandos utilizaron. La presencia de gurús, parapsicólogos y demás, ha quedado ya como anécdota." 


"Karpov defendió su título de forma exitosa ante Korchnoi en 1978 y 1981 en Filipinas e Italia respectivamente. Ambos encuentros estuvieron cuajados de situaciones polémicas; presión sobre la esposa de Korchnoi retenida en Rusia, los famosos parapsicólogos contratados por Karpov, espionaje de la KGB, etc."


Akiba Rubinstein 
 

Fue poco a poco víctima de una timidez patológica. Tras realizar un movimiento, se escondía en un rincón de la sala a esperar la réplica de su adversario. 
Tuvo la idea paranoide de que alguien le perseguía. Si un desconocido entraba en su habitación, salía corriendo o incluso se arrojaba por una ventana.



Carlos Torre 
 

Nunca dormía más de dos horas por noche, según confesión propia. 
Le encantaban los helados de piña y se comía de diez a quince diarios. 
En 1911 en Nueva York, cuando iba en autobús por la Quinta Avenida, se quitó toda la ropa que llevaba puesta.



Wilhelm Steinitz 
 

En 1897, empezó a albergar la ilusión de que podía hablar por teléfono sin hilo ni auricular y su secretario le sorprendía a menudo esperando respuesta a través del invisible audífono. También solía acercarse a la ventana, donde hablaba y cantaba, quedándose después a la espera de una contestación. El secretario informó de ello al cónsul norteamericano, quien sugirió que se recluyese a Steinitz en un sanatorio. 
En 1900, pensaba que podía emitir corrientes eléctricas, con la ayuda de las cuales le sería factible mover las piezas a voluntad. 
Aseguraba estar en comunicación eléctrica con Dios y que podía darle de ventaja un peón y las blancas.



José Raúl Capablanca 
 

Se justificaban muchas de sus derrotas ajedrecistícas, con la excusa de que había estado absorbido por una mujer. Cuando perdió ante Tarrasch, en San Petersburgo, el año 1914, se dió por supuesto que había pasado directamente al tablero desde la cama de la señora del gran duque. 
La culpa de que perdiera con Alekhine, en 1927, había que buscarla en el hecho de que andaba divirtiéndose con demasiadas bailarinas.



Mihail Tahl 
 

Tal vez su anécdota más famosa es la partida en la que estuvo pensando durante una hora como sacar un hipopótamo de un pantano: 

La famosa anécdota del hipopótamo de Tahl 
De una entrevista que le hicieron: 
Damski: Durante una partida, ¿Te vienen a la mente ideas que no tengan nada que ver con el ajedrez? 

Tahl: ¡Continuamente! Nunca olvidaré, por citar un ejemplo, mi encuentro con el maestro Eugenio Vasiukov (Kiev, 1964), durante uno de los campeonatos de la URSS. La posición en el tablero era muy compleja, y yo pensaba sacrificar un caballo. No era una variante muy clara, puesto que existían muchas posibilidades. Comencé a calcular y me horrorizó la idea de que el sacrificio fuera falso. Las ideas se me amontonan en la cabeza: una respuesta del enemigo correcta en determinada situación la traspasaba a otra variante y allí, naturalmente, ese movimiento era inoportuno por completo. Lo concreto es que en mi cabeza se formó un montón caótico de movimientos, a veces incluso sin ninguna relación entre sí, y el "árbol del análisis", tan recomendado por los entrenadores, comenzó a crecer de manera monstruosa. 
No sé por qué, pero en ese momento recordé la célebre poesía infantil de Chukovski: 

¡Oh, qué dificil es el trabajo 
De sacar a un hipopótamo del pantano! 

No podría explicar en base a qué asociación este hipopótamo se metió en el tablero, pero la verdad es que, mientras los espectadores creían que estaba analizando la posición, yo pensaba en cómo demonios podría sacarse a un hipopótamo del pantano. 
Recuerdo que en mi cabeza se amontonaban cabrestantes, palancas, helicópteros e incluso, una escalera de cuerda. Después de numerosos intentos no encontré ningún método aceptable de sacarle del pantano, y pensé con amargura: "¡Pues que se ahogue!".




El talante de Fischer 
 

Durante la Olimpiada de Varna de 1962, Tahl decidió hacerle una pequeña entrevista a Bobby Fischer. He aquí un breve recuerdo de Mihail sobre la misma que refleja claramente como las gastaba Fischer cuando sólo tenía 19 años! 

"La primera cuestión que te plantearé es: ¿A quién consideras el jugador más fuerte del mundo?" Me miró muy sorprendido, de modo que corregí la pregunta: "Aparte de ti, por supuesto". Me miró atentamente y respondió: "Bueno, tú no juegas muy mal...".




La misteriosa silla de Fischer
 


"Durante el Campeonato del Mundo de Reykjavik (Islandia) en 1972 entre Fischer y Spassky, la delegación rusa achacó el mal juego de Spassky a algún tipo de efluvio o corriente que emanaba de la silla de Fischer, hasta el punto de presentar una reclamación al respecto. La silla fue efectivamente puesta en cuarentena y sometida a vigilancia policial durante 24 horas mientras fue analizada mediante rayos X y diversos tests químicos."



Ruy López de Segura





Una curiosa anécdota en la corte española del siglo XVI 

"Hallábanse jugando al ajedrez en un salón del Palacio del Escorial, el Rey Felipe II y su capellán Ruy López; el primero, sentado en un amplio sillón, y el capellán arrodillado delante de él, sobre unos cojinetes. Los cortesanos permanecían silenciosos en un extremo del salón. Felipe II estaba inquieto y de vez en cuando volvía la cabeza para mirar hacia la puerta de entrada. Abrióse ésta al fin y apareció el verdugo. -¿Y bien -le preguntó el monarca-, está todo listo para la ejecución? -Señor, el reo se resiste. -¿Cómo ese eso? -Porque si en calidad de noble desea que se le corte la cabeza, como magnate pide ser bendecido por un obispo. -Concedido; hágase como él desea, pero que todo esté terminado para las tres. -Señor, en la corte no hay ningún obispo; ayer murió el de Zamora y anteayer se ausentó el de Palencia. El rey quedó un momento pensativo y de pronto, dirigiéndose a Ruy López le dijo: -Levántate, Obispo de Zamora, y vete a asistir al reo. Ruy López, con todo el dolor de su corazón, se alzó y se dirigió a la cárcel para reconciliar al sentenciado, que no era otro que su amigo íntimo, el Duque de Medina Sidonia, ex-favorito de Felipe II. 

Pronto estuvo hecha la reconciliación, quedando confesor y reo en amigable conversación. Y como aun faltaba mucho para hora de la ejecución, el duque, poniendo a prueba su temple de caballero, propuso a Ruy López matar el tiempo jugando una partida de ajedrez, proposición que fue aceptada, mandándose al momento por el juego. Empezada la partida, los guardias, el alcalde y hasta el verdugo, se interesaron por el desarrollo del juego, pues la fama de Ruy López había trascendido a todas las esferas, y todos deseaban ver las hábiles jugadas del Campeón del Mundo, así como las de su rival, considerado como uno de los mejores ajedrecistas de la época. Se formó así lo que ahora se llama "la barra", e interesándose en la partida, pues todos conocían más o menos el juego, transcurrieron los contados minutos que de vida le quedaban al valeroso Duque. 

Al llegarla hora fatal, la partida se hallaba en un momento culminante, y el Duque de Medina Sidonia, abstraído en la magnética atracción de la lucha, deseaba terminar la partida, pues había entrevisto una variante ganadora. El jefe de la guardia y el ejecutor, entretanto, intentaron hacer cesar el juego a fin de emprender de inmediato el camino hacia el lugar del suplicio; pero el Duque quería terminar la partida, y como el verdugo insistiese en su empeño e intentase hacer uso de la fuerza, el Duque arrebató el hacha de manos del ejecutor y con gran valor y arrogancia exclamó: "Al que intente acercáseme le parto la cabeza". No hubo, pues, más remedio que la lucha prosiguiese. La victoria correspondió al Duque y una alegría incontenible lo substrajo por unos momentos a la dura realidad. Ruy López sonreía dolorosamente y más de uno de los forzados espectadores supuso que Ruy López había proporcionado generosamente ese instante de regocijo a su noble adversario, conocedor de su vanidad de ajedrecista, que moriría con la fama de una victoria sobre el Campeón del Mundo. 

Terminada la partida, el Duque, con paso firme, erguido, se dirigió al lugar del suplicio, no sin dirigir algunas bromas a Ruy López, como si con ellas deseara exteriorizar su temple de valiente caballero. Creyendo Felipe II, al tocar las tres, que todo estaba concluido, dijo al Conde... que había reemplazado al Duque de Medina Sidonia en los favores del Rey: "dadme el decreto referente al crimen y al castigo del ya difunto Duque". El Conde metió la mano en la escarcela, pero con tan mala suerte que, equivocando la bolsa, sacó y entregó al rey, en lugar del decreto real que éste le pedía, el plan de la conspiración con la lista de los conjurados, en la que él figuraba en primer término, apareciendo el Duque de Medina Sidonia como acusado falsamente por quien pretendió suplantarlo en los favores del monarca e injustamente sindicado como jefe de aquella conspiración. 

El Rey, descubierta la verdad, mandó al momento a arrestar al Conde, y aunque dudando de llegar a tiempo, ordenó suspender la ejecución. Por fortuna, ésta se había retrasado por las circunstancias antes mencionadas, y aquella orden alcanzó a la comitiva en el camino al suplicio, resultando así que una partida de ajedrez salvó a un inocente de una pena tan atroz como inmerecida."



Ratmir Kholmov 
 

Durante la gran época de Bobby Fischer, Kholmov fue capaz de derrotarlo llegando a la sala de juego completamente borracho. Se trató de una de las raras ocasiones en las que Fischer fue limpiamente superado de principio a fin, con las piezas negras y en una apertura española. 
La Federación Soviética lo suspendió un año de los torneos por su desmedida afición al alcohol.



Mir Sultán Khan 
 

El hindú Sultán Khan era un esclavo (siervo) del coronel local Nawad Sir Umar Hayat Khan, que además de emplearlo como sirviente, le enseñó a jugar al ajedrez según las convenciones europeas. En 1929, formando parte del séquito de Sir Umar, Sultán Khan viajó a Inglaterra y permaneció allí hasta 1933. Ante la estupefacción de los maestros ingleses, ganó el campeonato británico en 1929, 1932 y 1933, logrando derrotar además, en esos cinco años, a jugadores de la talla de Capablanca, Flohr y Rubinstein entre otros muchos ilustres nombres. Luego volvió a La India y dejó el ajedrez porque, según él, "era un juego muy difícil". El prepotente Imperio Británico había sido humillado por un humilde siervo.



Viktor Korchnoi 
 

En una partida de Campeonato Mundial contra Karpov, Korchnoi no estaba seguro si podía enrocarse en un momento dado, porque su torre pasaba por una casilla atacada, más no su rey. Decidió levantarse y preguntar al árbitro si en esa posición era posible el enroque o no. El árbitro lo miró unos segundos con cara de asombro y también entró en duda debido a que el gran maestro dudara en principio. Se debió recurrir a un manual para solucionar la incognita. Si podia enrocar 

??!! Un incidente absurdo a ese nivel, pero verídico!



Vasili Ivánchuk

Ivánchuk es un extraordinario jugador que une a su profunda concepción estratégica una visión táctica maravillosa, pero su peor enemigo es él mismo. Ya lo dijo en su día Kárpov: «Será campeón del mundo si sus nervios se lo permiten». Incapaz de controlar sus nervios en los momentos de tensión ha protagonizado un sin número de divertidas anécdotas. En una ocasión comenzó a golpearse violentamente la cabeza contra una pared tras haber cometido un error. En Linares, mientras paseaba por el escenario, se acercó a la mesa del árbitro y pulsó el timbre con el que daban comienzo las partidas, dando un susto a todos los presentes. En la ceremonia de clausura de Linares 1989 se puso a cantar a voz en grito. Se dice que en Sevilla se desmayó en plena calle porque un perro le ladró desde detrás de unas rejas. Cuando la presión le asfixiaba era capaz de abandonar la sala en medio de una partida para salir a correr por la calle. En Linares, en una de esas, acabó jugando al fútbol con unos chavales mientras su rival se pensaba la siguiente jugada. En México se presentó a jugar con un chándal del Real Madrid. Ante los requerimientos del árbitro para que se pusiera una chaqueta, Ivanchuk contestó que estaba bien así y que el chándal le daba suerte.Las anécdotas de Chuky son interminables, pero su carácter amable y el que todos saben que no lo hace a mala fe, le ha librado de más de una sanción. 



Cecil Purdy 
 

Durante el campeonato mundial por correspondencia de 1951, el australiano Cecil Purdy, uno de los aspirantes al título, anotó su jugada en una partida crucial, la depositó en el buzón de correos y luego descubrió que era un error que le costaría la partida. Entonces trató de abrir el buzón para sacar la carta, pero al no poder hacerlo, estacionó su auto frente al buzón y se pasó toda la tarde y toda la noche en vigilia esperando que llegaran los del servicio postal a sacar las cartas, hasta que por fin, a las 6 de la mañana, explicó su situación al cartero que llegó, se identificó y éste accedió a devolverle el sobre.



Steinitz, Blackburne y Zukertort


 



Antes de que se iniciaran los campeonatos oficiales del mundo, ocurrió un curioso incidente en una ceremonia presenciada por muchos maestros de ajedrez de la época: un miembro de la realeza (que poco entendía de ajedrez) alabó las virtudes del juego y propuso un brindis por "el mejor jugador del mundo"; pero para sorpresa de todos, súbitamente tres ajedrecistas se pusieron en pie: Steinitz, Blackburne y Zukertort.


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Mi nombre es Román Andrés Vélez Gimón, soy venezolano y he sido un gran aficionado al juego-ciencia por más de 40 años, comencé a jugar cuando era niño. Al principio practicaba con mi mamá y mis hermanos, a veces jugaba con amigos en el Colegio de Ingenieros, donde analizábamos partidas con los Maestros Jesús Caravallo y Arsenio Fernández. Luego fui mejorando y empecé a jugar al nivel de mi papá, el Profesor Gonzalo Vélez Jahn, quien había sido presidente del club de Ajedrez en el Andrew Jackson cuando vivió en Florida, y luego fue campeón del Distrito Federal de Venezuela en 1960.



A los doce años me lei los cuatro tomos del Tratado General de Ajedrez, del argentino Roberto Grau, la obra más completa sobre el tema en español. 
https://issuu.com/monchoroman/docs/tratado_general_de_ajedrez_-_tomo_i_-_rudimentos_- 

La fiebre era cada vez mayor hasta que gané el torneo Juvenil en el Ateneo de Caracas en 1985 y luego fui presidente del Club de Ajedrez del Colegio La Salle La Colina. Participé en varios torneos en la Academia Capablanca y en la Peña Alexandre Bóveda, cuando estaban en su plenitud Manuel Belmonte, Rafael Escalante, Salvador Diaz, Lazlo Tapasto, Julio Ostos, Anibal Gamboa, Antonio Palacios y Juan Rohl, entre otros. Tuve el privilegio de ver jugar en persona a Kasparov contra Karpov por el campeonato mundial en el Hotel Park Lane en Londres en 1986. Este evento me acercó mucho más al ajedrez, y aproveché las clases magistrales que nos brindaban en la Universidad Simón Bolívar el Maestro Internacional Amado Dounia y el Gran Maestro Internacional, el genial argentino Julio Bolbochán con su elevada técnica y sus entretenidas anécdotas.


Bolbochán vs Keres Buenos Aires 1954
GMI Julio Bolbochán vs GMI Paul Keres Buenos Aires 1954

Vale la pena hacer un breve resumen de la vida del ilustre argentino ya que considero que ha influido de manera notable en mi aficion al ajedrez. Julio Bolbochán fue campeón argentino en los años 1946 y 1948, ganador del Campeonato Sudamericano en 1951, título que repitió en 1960. Representó a Argentina en 7 olimpíadas de ajedrez. Estuvo tres olimpíadas consecutivas (medalla de oro en el segundo tablero de la olimpíada de Dubrovnik 1950, participo en la olimpíada de 1952 y obtuvo la medalla de plata en el segundo tablero en la olimpíada de Ámsterdam 1954 con 11 ½ sobre 15), sin perder ninguna partida, y sólo cayó derrotado tras permanecer invicto 50 partidas olímpicas, lo que es un récord entre los jugadores hispanos. Obtuvo el título de Maestro Internacional en 1955 y el de Gran Maestro Internacional en 1977. A los 56 años, ya jubilado anticipadamente en la Junta Nacional de Carnes, tomó una decisión que asombró a muchos, dado que le costaba cambiar de rutina, se fue de Argentina el 13 de mayo de 1976, poco después de que los militares tomaran el poder.


Fue contratado por la Fundación Venezolana para el Desarrollo del Ajedrez, se radicó en Caracas (Venezuela), y pasó a dar clases y organizar innumerables torneos infantiles en la Academia Capablanca en Caracas y en el Colegio Emil Friedman. Fue distinguido con la Orden Gran Cordón de Venezuela en reconocimiento a sus 20 años de servicio público enseñando ajedrez en la Universidad Simón Bolívar.

Siguió jugando hasta sus últimos años, y representó a Venezuela en las macabiadas de Tel Aviv, en 1977, 1981, 1985 y 1989. Fueron muchas las horas que pasamos analizando partidas y conversando con el recordado maestro, muy gratos recuerdos.

En 1989 me convertí en el Presidente del Club de Ajedrez de la USB al ganarle la final ante el gran José De Saa y tuve la oportunidad de representar a la Universidad en torneos nacionales e internacionales con mis buenos amigos José Uzcanga, Juan Graffe, Hugo Jorquera, Adrián Sotomayor, Abilio De Freites e Iván Gonzalez, donde nos asesoraban tanto el GMI Julio Bolbochán como el maestro Amado Dounia. 

Por cierto que a los compañeros del club, nuestro estimado profesor y amigo, Julio Bolbochán nos concedió una entrevista muy simpática en 1993 en la que nos regaló anécdotas divertidas e instructivas, la cual grabamos en el formato VHS. Al final de la entrevista, le dimos una gran sorpresa. Resulta que unos meses atrás nos comentaba que los finales de torres son muy dificiles de jugar y que estaba muy orgulloso de un final que jugó en una olimpíada contra Lothar Schmid, Gran Maestro Internacional alemán pero que la había extraviado y solo la recordaba hasta la jugada 30!. Me comento que quizás su buen amigo Juan Morgado podría guardar un registro pero que le había perdido la pista. Decidí enviar algunos correos a varios Morgado hasta que finalmente lo ubiqué y le pregunté por la famosa partida. La cara de sorpresa del maestro fue todo un poema cuando vió el mensaje impreso de su amigo con la partida incluyendo los 49 movimientos con los que terminaba ganando el complejo final de torres a su rival, solo alcanzó a decir con su acostumbrada humildad: "Che, que bárbaro, no sabés lo que esto significa para mí, esto del email es formidable! viste?" e inmediatamente se puso a analizar la partida con gran entusiasmo. http://www.chessgames.com/perl/chessgame?gid=1494473

Un nuevo enigma surgió al darse cuenta, luego de un análisis riguroso, de que la partida había sido suspendida en la jugada 49 pero que todavía le faltaban muchas jugadas mas ya que fue reanudada y debió luchar hasta el final para poder conseguir el punto. Dicho enigma sigue vigente ya que a la fecha no se dispone del resto de la famosa partida (ver anexo enviado el 10/3/2014 por el editor Roberto Alvarez, en nombre del GMI Juan Morgado, tomado de Ajdrez de Estilo 285/6, 1996):


En el mes de Julio del año 1996, me disponía a viajar a realizar un postgrado fuera del país cuando me enteré de la lamentable noticia del fallecimiento de don Julio. Fuimos a darle el pésame a su viuda y a su hija y aprovechamos para darles el video de la entrevista para que lo recordaran en sus funciones de docente, lo cual nos agradecieron. Ojalá algún día consigamos recuperar dicho video ya que realmente vale la pena verlo de nuevo!

A pesar de mis compromisos familiares y profesionales, siempre me mantengo conectado con el fascinante mundo del ajedrez. En el año 2004, compartí invicto el primer lugar (9 ganadas y 3 tablas para un total de 10,5 puntos de un maximo de 12 posibles) junto con Alberto Barreras en el torneo suramericano por correo electronico (ver tabla de resultados).


  • En el año 2014, obtuve la norma de EXPERTO NACIONAL al quedar en tercer lugar en el Campeonato Nacional de Venezuela y, posteriormente en 2017, el título de EXPERTO EN AJEDREZ POR CORRESPONDENCIA. En la actualidad participo en torneos internacionales organizados por la ICCF por medio de FEDAPVEN, siendo la Federación una excelente iniciativa liderizada por nuestro gran amigo, el maracucho y Maestro Internacional César Jesús Reyes Maldonado!

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